Mucho se ha evolucionado en los últimos tiempos, detectores de humo, calor, humedad, ph del agua o metales, pero a día de hoy, apenas hay detectores de explosivos o ataques químicos.
Por desgracia, la nariz electrónica, es decir, un dispositivo capaz de detectar en el ambiente moléculas en pequeña cantidad de productos como explosivos, ántrax, etc, no existe. Todavía en pleno siglo XXI, seguimos dependiendo de perros para la detección de estas sustancias.
Científicos, como el Dr. Julio Rozas de la Universidad de Barcelona, estudian las arañas para entendercomo estos arácnidos, detectan unas pocas moléculas en el aire, que les llevan a predecir la existencia de comida o el ataque de depredadores. Toda esta investigación, nos llevará a poder desarrollar sistemas electrónicos de detección. Esto, es el nuevo panorama de terrorismo químico y biológico que será de un gran interés, para los países de nuestro entorno.
Julio Rozas dice:
“En Drosophila, estamos estudiando genes que codifican proteínas implicadas en la respuesta olfativa a estímulos químicos, mientras que en Arabidopsis que estamos estudiando genes que codifican enzimas de la ruta de los fenilpropanoides.”